miércoles, 21 de septiembre de 2011

Presentaciones

Querida Vera,

si la vida fuera una serie de televisión, yo sería uno de esos personajes femeninos secundarios. Usaría tacones en lugar de botas estilo Dr. Martens y luciría una perfecta melena de peluquería. Trabajaría de oficinista a media jornada en una agencia de seguros o algo por el estilo y así podría dedicar las tardes a ser la madre abnegada y la esposa solícita. Me haría la pedicura francesa dos veces al mes, plancharía las sábanas y los calzoncillos y no tendría ni repajolera idea de lo que es un berbiquí.

Tú serías un varón al que su padre esperaría orgulloso e ilusionado con la equipación completa del Atleti Fútbol Club de la talla 0. Jugarías con pistolas de plástico, te aficionarías a la fórmula 1 y tendrías un prometedor futuro como delantero de primera división o alto cargo de la policía científica.

Tu padre sería un importante hombre de negocios que se acercaría a arroparte cada noche, antes de sentarse a escuchar condescendiente las cuitas domésticas de su bonita y obediente esposa, ante una deliciosa quiche lorraine cocinada con amor en la Thermomix.

Pero la vida real no es un cliché y viene sin manual de instrucciones, así que improvisaremos tratando de hacerlo lo suficientemente bien como para que no se parezca al guión de un telefilm.

Por mi parte, me gustaría contarte que no leo revistas del corazón, el bricolaje se me da notablemente bien y odio fregar los platos. Me emocionan Puccini, Juan del Enzina y los Extremoduro. Soy desobediente por vocación y lo cuestiono todo por afición. He visto Annie Hall unas 23 veces y lloro con Miguel Hernández, con Kafka y con Capote. Adoro observar a la gente cuando ellos no saben que les estoy mirando, tumbarme en la hierba de un parque en otoño y a Musetta, que es una gatita perfecta y peluda que vive con nosotros y con la que, seguro, harás buenas migas. Y algún día espero tener una roulotte para llevarte, si tú quieres, a recorrer el mundo.

Tu padre es mi ser humano favorito. No sabe cambiar una bombilla y siente verdadero pavor por los insectos voladores, pero a cambio es un magnífico narrador de historias y la persona más inteligente y auténtica que conozco. Le chiflan los sándwiches mixtos, el café con hielo, los tebeos, las películas y la música electrónica con todos sus accesorios. Siempre que llega a casa se quita las zapatillas y los vaqueros y los deja caer al suelo y allí se quedan (a mí eso me enfada un poco, pero se me pasa enseguida). Sabe distinguir perfectamente las cosas importantes de la vida y exprimirlas y a veces se atraganta, de tan rápido que se las bebe. Y sabe querer y hacerse querer como nadie, ya lo verás. Te va a encantar.

¿Y tú? ¿Cómo serás tú, pequeña? ¿Cuáles serán tus sueños? ¿Y tus temores? Te imagino rubia y despeluchada, correteando sin preocupaciones. Con los ojos abiertos como platos ante un mundo a estrenar… Y nada más. No quiero imaginarte demasiado concreta, no vaya a ser que en mis evocaciones me proyecte a mí misma sin querer. Ya te espero impaciente.

Te quiero,

Mamá.

5 comentarios:

  1. Que una anda premenstrual y sensible y con el reloj biológico a tope y... jo... ¡os quiero! (¿Ves?)

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  2. A mi reloj biológico le faltan unas cuantas horas para llegar al nivel de @Meryone, así que yo no paro de robarle la identidad a Vera. Es culpa vuestra padres ejemplarPADRES. :)

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  3. Ains, qué cosas más bonitas me decís. <3

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  4. Pues yo soy un tio de 23 años y heterosexual, debería preocuparme porque me encante Lo q escribes? Me pregunto si habrán personas como tu a mi alrededor entre toda la gente-masa q observo. Un saludo y muxa suerte

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    1. Muchas gracias, me alegro de que te guste. Seguro que entre la masa hay gente que vale mucho, pero hay que desagregarlos primero. :) Un abrazo.

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